Un día en un aula al aire libre.

 ¡¡¡Hola!!!

Esta vez no ha pasado tanto tiempo...Hoy os vengo a contar como se trabaja en las aulas al aire libre. 

La naturaleza representa un entorno de aprendizaje que ofrece a los niños/as lo que necesitan para adquirir competencias, para llevar una vida feliz y exitosa y para acometer con garantías su carrera escolar. 


Se constituye en un aula caracterizada por la inmensa variedad, por un lado, de diferentes terrenos y espacios, y, por otro, de diferentes especies de plantas, animales, piedras, suelos, que son a su vez altamente diversos en colores, texturas, superficies, formas y pesos. Todos estos materiales están continuamente en proceso de cambio por la influencia de factores como el tiempo, las estaciones del año, la vida y el crecimiento, la descomposición, el nacimiento y la muerte y la radiación solar. Estos procesos ocurren de forma autónoma, es decir, los materiales y los espacios se estructuran a sí mismos. 


Esta inmensa variedad del entorno ofrece un amplio abanico de posibilidades a la intra e interindividual variedad existente en un grupo de niños y niñas: formas individuales de aprender, distintos ritmos, intereses y fortalezas.


La libertad, facilita a los niños y niñas que exploren, investiguen, experimenten, busquen, se arriesguen y desarrollen un espíritu emprendedor, al aprender a tomar iniciativas personales. Y junto a la libertad, una estructura diaria fija instaura un orden en los niños y niñas que, junto con unas reglas, garantiza que no se sobrecarguen. Hay muchas menos reglas en una escuela infantil al aire libre, porque el entorno natural no requiere tantas. Así, es más fácil para los niños y niñas mantener la visión del conjunto de las reglas y les facilita cumplirlas, mientras que para los profesores y profesoras resulta más fácil supervisarlas. Todo esto hace que estén más relajados, lo que a su vez tiene un efecto positivo en el aprendizaje.


El éxito de las escuelas infantiles al aire libre se basa en la sencillez de este modelo educativo, siguiendo el dicho “menos es más”: hay menos instalaciones, pero más espacios y una ratio adecuada de alumnado por profesor; hay menos actividades dirigidas y más libertad y desarrollo de autonomía; hay menos ofertas y más tiempo para dedicarse a las existentes; hay menos estrés acústico y más relaciones relajadas; hay menos conflictos y más concentración en los contenidos; menos reglas, pero un mayor cumplimiento de las existentes.


La naturaleza representa un entorno de aprendizaje que ofrece a los niños/as lo que necesitan para adquirir competencias, para llevar una vida feliz y exitosa y para acometer con garantías su carrera escolar. 


Se constituye en un aula caracterizada por la inmensa variedad, por un lado, de diferentes terrenos y espacios, y, por otro, de diferentes especies de plantas, animales, piedras, suelos, que son a su vez altamente diversos en colores, texturas, superficies, formas y pesos. Todos estos materiales están continuamente en proceso de cambio por la influencia de factores como el tiempo, las estaciones del año, la vida y el crecimiento, la descomposición, el nacimiento y la muerte y la radiación solar. Estos procesos ocurren de forma autónoma, es decir, los materiales y los espacios se estructuran a sí mismos. 


Esta inmensa variedad del entorno ofrece un amplio abanico de posibilidades a la intra e interindividual variedad existente en un grupo de niños y niñas: formas individuales de aprender, distintos ritmos, intereses y fortalezas.


La libertad, facilita a los niños y niñas que exploren, investiguen, experimenten, busquen, se arriesguen y desarrollen un espíritu emprendedor, al aprender a tomar iniciativas personales. Y junto a la libertad, una estructura diaria fija instaura un orden en los niños y niñas que, junto con unas reglas, garantiza que no se sobrecarguen. Hay muchas menos reglas en una escuela infantil al aire libre, porque el entorno natural no requiere tantas. Así, es más fácil para los niños y niñas mantener la visión del conjunto de las reglas y les facilita cumplirlas, mientras que para los profesores y profesoras resulta más fácil supervisarlas. Todo esto hace que estén más relajados, lo que a su vez tiene un efecto positivo en el aprendizaje.


El éxito de las escuelas infantiles al aire libre se basa en la sencillez de este modelo educativo, siguiendo el dicho “menos es más”: hay menos instalaciones, pero más espacios y una ratio adecuada de alumnado por profesor; hay menos actividades dirigidas y más libertad y desarrollo de autonomía; hay menos ofertas y más tiempo para dedicarse a las existentes; hay menos estrés acústico y más relaciones relajadas; hay menos conflictos y más concentración en los contenidos; menos reglas, pero un mayor cumplimiento de las existentes.


¡¡Muchas gracias por leerme, espero que os resulte interesante!!

Nos leemos pronto 😉

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